martes, 20 de septiembre de 2011

Las luciérnagas sólo aparecen durante el verano, aunque por la contaminación lumínica, la eliminación de espacios naturales cada vez resulta más complicado su visibilidad.
las luciernagas son  casi imposible criar en cautiverio.
Y la desaparición en distintas zonas, se debe al contínuo deterioro ocacionado por el hombre, hay que respetar nuestra naturaleza y por supuesto a los seres vivos que habitan en ellas como lo son las luciernagas

evolucionando

Estudiando el ADN de las luciérnagas se puede ver cómo ha evolucionado su luz (generalmente verde, amarilla o rojo pálido, según la especie). El ancestro común de las luciérnagas de hoy probablemente sólo producía luz en estado de larva. En la actualidad todas las luciérnagas en estado de larva siguen brillando como advertencia a posibles depredadores.Las larvas producen unos químicos amargos que las hacen una comida bastante desagradable.
La luz, de ser una advertencia, evolucionó a ser una llamada de apareamiento (una enzima, luciferase , en la cola de las luciérnagas produce una reacción química que genera luz).


Para las luciérnagas el sexo es una cuestión de envíar luces en la oscuridad. Las hembras escogen a los machos por su capacidad de hacer luz a ritmos preferenciales: pulsos más rápidos o más largos, según la especie de lampyridae. Aquellos pulsos de luz que les gustan reciben respuesta, coquetamente, como ecos luminosos.
Una hembra puede iniciar diálogos de luz con hasta diez machos en una sola noche y mantener varias conversaciones a la vez. Pero al final sólo se reproduce con un solo macho, generalemente aquel al que le ha respondido más veces. En algunas ocasiones, no sin poesía, su apareamiento puede durar hasta el amanecer, cuando sus luces son devoradas por la luz del cielo.
firefliesMiles de machos pueden competir por una sola hembra, enviando pulsos de luz toda la noche esperando que sus ritmos sean elegidos por la reina luminosa, como cientos de chicos bailando alrededor de una linda mujer en una fiesta, presumiendo sus mejores pasos, a veces bailando con ella o esperando a que deje de bailar con otro chico para prestarles atención y medir su potencial reproductivo a través de la calidad de su luz.

¿Qué comen los gusanos de luz?

 

A partir de la primavera, la larva experimentará sucesivas mudas que le llevarán hasta alcanzar un tamaño próximo al definitivo a finales de septiembre u octubre, cuando hibernará por segunda vez.
Las luciérnagas son unos depredadores especializados en caracoles y babosas. Una vez que ha localizado a su presa se monta sobre ella para inmovilizarla asestándole un mordisco con sus mandíbulas. Durante su desarrollo, una larva de la luciérnaga puede comer más de setenta caracoles.
Las hembras muestran su lucecita alojada en la parte inferior del extremo del abdomen: dos segmentos, y dos puntitos luminosos en cada uno de los extremos para cortejar al macho. En cambio, los machos mantienen las lucecitas del estado larval – que son los dos puntos luminosos de los extremos del octavo segmento abdominal -, sólo brillan cuando son molestados.

El ciclo de vida de las luciérnagas

 

La vida de la luciérnaga dura dos años. Durante las semanas finales de junio, el mes de julio y las primeras semanas de agosto estas luminosos animales están más presentes. Según la zona geográfica y las condiciones meteorológicas, las larvas pasarán al estado de pupa. A las pocas horas las luciérnagas hembras comenzarán su cortejo luminoso, curvando su cuerpo para mostrar las placas luminosas de la parte inferior del abdomen. Una vez que consiguen llamar la atención de un macho, se aparean y realizan la puesta de unos 50 a 150 huevos. Aproximadamente a los 30 días las larvas eclosionan.
Las hembra muestra la lucecita poco después del atardecer, hacia las 10 de la noche en las cortas noches de verano, y es posible contemplarla hasta después de medianoche. Usualmente permanecen en el suelo aunque no es extraño que trepen por alguna hierba o las piedras de los muros. En general, buscarán posiciones desde donde su lucecita sea visible, curvando su abdomen, de manera que los farolillos queden al descubierto.
Durante su primer otoño, las larvas se dedicarán a buscar caracoles, pudiendo mudar una o dos veces, hasta que con los primeros fríos entran en estado de hibernación bajo troncos, piedras u hojarasca.